No estás desmotivado: estás desconectado de ti

La mayoría de las veces, la desmotivación no viene del entorno, sino de una desconexión interna. No saber por qué haces lo que haces, para qué estás en ese trabajo, o qué valor personal estás sosteniendo… cansa. Drena. Aísla.

¿Qué ocurre cuando te desconectas de ti?

Pierdes dirección. Te cuesta arrancar. Empiezas a sentir que todo pesa más de lo normal. Las tareas cotidianas se vuelven rutinarias, automáticas, vacías.

«La motivación es lo que te hace empezar.

El hábito es lo que te mantiene en marcha.»

Jim Ryun

Ejercicio práctico: «Reconecta con tu motivación»

  1. Escribe 5 momentos en los que sentiste que tu trabajo tenía sentido.

  2. ¿Qué estaba ocurriendo? ¿Qué parte de ti se activó?

  3. ¿Hay alguna forma de recuperar eso, aunque sea en pequeñas dosis?

 

Autor recomendado: Viktor Frankl – «El hombre en busca de sentido»