Cuidarnos en familia: autocuidado, crianza y pareja como claves para un bienestar real.
En la vida familiar, el autocuidado no es un lujo o una idea egoísta, sino una necesidad básica que, bien integrada, nos ayuda a ser padres y madres más presentes y conectados.
Sin embargo, es común oír frases como:
«No tengo tiempo para mí porque nunca tengo un momento a solas» o
«Necesito escaparme para desconectar».
Este sentimiento es válido y refleja una necesidad natural de espacio individual, algo que es completamente legítimo y necesario para una vida familiar saludable.
La clave está en lograr un equilibrio que permita esos momentos sin que implique alejarnos emocionalmente de nuestra pareja o de nuestros hijos e hijas.
El autocuidado y la soledad: un espacio necesario para reconectar
Es importante recordar que el autocuidado también incluye momentos de soledad, tiempo para estar con nuestra pareja a solas o compartir con amigos. Estos momentos no solo son válidos, sino necesarios. Nos permiten recargar energías, reflexionar y reconectar con nosotros mismos. Sin embargo, esto no significa que debamos recurrir habitualmente a «escaparnos» de nuestras familias para encontrar ese bienestar. Encontrar formas de integrar el autocuidado en nuestra vida cotidiana puede ayudar a evitar que estos momentos de desconexión se conviertan en una necesidad constante.
A veces, creemos que cuidar de nosotros mismos debe hacerse en solitario, pero también podemos incorporar el autocuidado de una manera en la que la familia esté presente y partícipe, creando así una convivencia saludable y sostenida en el tiempo.
Familia y crianza: la presencia consciente como eje central
Nuestros hijos no necesitan que estemos ocupados constantemente en cosas que creemos «deberíamos» hacer. Lo que necesitan de nosotros es nuestra presencia consciente, nuestra escucha y nuestro acompañamiento. La crianza respetuosa se basa en responder a las necesidades emocionales de nuestros hijos, reconociendo que, para ellos, nuestra atención y tiempo son fundamentales. Cuando cultivamos esa cercanía y les mostramos la importancia de escucharse a sí mismos y cuidar de su bienestar a través de nuestro ejemplo, les damos herramientas que les acompañarán toda la vida.
Pareja y complicidad: tiempo de calidad para una relación sólida
No podemos olvidar la importancia de la relación de pareja en este equilibrio. Tomarse tiempo de calidad como pareja, compartir una conversación sin distracciones o disfrutar juntos de actividades significativas, fortalece la unión y proporciona un modelo de relación saludable para nuestros hijos. Es importante también encontrar momentos a solas con nuestra pareja, donde podamos conectar y disfrutar mutuamente sin el rol constante de padre o madre. Esta conexión es clave no solo para la pareja, sino para toda la familia.
Cuidarse juntos y en solitario: una necesidad y un ejemplo para la vida
El mensaje final es claro: el bienestar en familia implica cuidarnos juntos, darnos tiempo y espacio para la soledad cuando la necesitemos y fomentar una conexión familiar y de pareja que sea fuerte y saludable. Con pequeños momentos diarios de autocuidado, y prácticas familiares y de pareja que generen bienestar compartido, podemos encontrar un equilibrio donde cada uno de nosotros –como individuos y como familia– se sienta atendido.
Que el bienestar en familia sea siempre una prioridad y que el autocuidado, tanto en soledad como en familia, se viva como un recurso enriquecedor y accesible.
Es posible crear una vida familiar donde el autocuidado, el tiempo en pareja y la crianza respetuosa convivan en armonía. Con pequeñas prácticas diarias, un poco de planificación y el compromiso de todos, podemos lograr un equilibrio que nos permita ser madres y padres presentes y, al mismo tiempo, personas y parejas que se cuidan.
A lo largo de mis asesorías y talleres familiares, trabajo con familias para ayudarles a encontrar formas prácticas y enriquecedoras de integrar estos momentos de bienestar en su día a día. No es un camino que se recorra de la noche a la mañana, pero con paciencia, apoyo y una visión compartida, es totalmente alcanzable.
Si sientes que necesitas orientación para lograr este equilibrio en tu familia, ¡me encantaría acompañarte en el proceso! Recuerda que cuando nos cuidamos y cultivamos nuestras relaciones, estamos creando el entorno amoroso y saludable que nuestros hijos e hijas necesitan.
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